Aprovechamos para hacer un día más de excursión. Yo y algunos más la hicimos a unas cuevas, en las que nos convertimos en espeleólogos, con los medios mínimos. A saber: una vela, un bañador, y las chanclas atadas a los pieses con unas cuerdecillas. Y al guía ni le entendíamos ni nos entendía. Y hablabamos ambos español ambos! Muy guapa la excursión, con estalactitas y estalacmitas, un salto desde una roca, subida por una cuerda sobre una catarata, pasar por pasos estrechísimos...a la salida vuelta al albergue en nemàtico por el rio.
Eso si, tuvimos que pagar un sattle(o como se diga) para llegar a La Ceiba, pero nos ahorramos un día de viaje, por eso de que contratamos a dos chóferes que sí viajaban de noche, y conduciendo nosotros, no debíamos haberlo hecho por tema de seguridad.
Por cierto unos figuras los chóferes. Uno de ellos iba de esta guisa. El autentico cowboy guatemalteco!
Y dormiditos hasta la Ceiba!
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