miércoles, 24 de febrero de 2010

Perú III: vuelta guiada por el Valle del Cusco

Como os contaba, aquello de la visita guiada no me convencía, pero diay! Era lo que había con el tiempo que tenía! Con unas horillas de dormir después de estar de fiesta hasta altas horas con los amigos del hostel, me monté en la buseta que nos hacía el paseo por el Valle del Cusco. Un té de coca ayudó a sobrellevar el cansancio.

Figuras de toros que rematan los tejados de muchas casas en el Valle, y que creo recordar cumplían una función de protección.



El recorrido incluía visitas a las ruinas de Pisac y Ollantaytambo, y una pequeña demostración de tejedoras de Chinchero.

Primero Pisaq, en la que destacaban las terrazas construidas a distintas alturas para la agricultura, y resolver el problema de las pendientes. La distinta altura también repercutía en distintas calidades de los productos, sobre todo de maíz. Por lo visto, los chinos copiaron la técnica!







Luego nos dirigimos a un pueblo con un mercado bastante bonito, pero en el que se percibía cierto olor a comercio turístico. Ni me quedé con el nombre del sitio!















De ahí, de nuevo a las ruinas. Ollantaytambo nos mostró otra vez una ruina escalonada, pero esta vez con el premio de visualizar desde la cima una escultura misteriosa de la ruda cara de Wiracochan o Tunupa, también llamado El Inca, enviado de Wiracocha. La reconocéis en la ladera izquierda de la montaña? También una representación de la chacana o cruz andina.
















Imagen de la subida a las ruinas de Ollantaytambo.










Más que los propios monumentos, me calaron los paisajes topográficos en los que se encontraban. El paisaje natural, con las salpicadas construcciones humanas, legendarias y otras no tanto, ofrecían espectáculos únicos de formas, luces y colores.


Hablando colores, nuestra última parada era en Chinchero. Me encantó el nombre! De una forma correcta y respetuosa, pero con cierto escepticismo por mi parte por lo forzado de la situación, nos mostraron el proceso de tinte y tejido de la alpaca a partir del pelo de llama y sustancias naturales que te sorprendían como podían tener ese color oculto. Dadas las explicaciones del guía Orlando, que me transmitió pasión por lo suyo todo el viaje, me animé a comprar alguna bufandita y gorrillo en el lugar.

Y a descansar a Aguascalientes! Pueblo base de la partida al Machupicchu!

Esta entrada, como tantas otras, está libre de fotos ajenas.

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